01/05/2016
Autores:
Lizandra Chen
Raul Quijada
Carmen Tellería
Ensayo: Relación Educativa
La
Declaración Mundial Sobre la Educación, reconoce la importancia del aprendizaje
para alcanzar una educación adecuada, que no solo satisfaga los requerimientos
de la globalización, sino que también garantice una adquisición real de
conocimiento que favorezca el desarrollo personal y social de la población
mundial. En este documento se enfatiza la necesidad de mejorar las condiciones de
aprendizaje. Esta declaración sirvió de base para las reflexiones plasmadas en
el Informe Delors, el cual es uno de los principales referentes para las
políticas educativas mundiales, en él se precisan los tipos de aprendizajes que
se pretende sean los pilares fundamentales de la educación del siglo XXI. Estos
son: Aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a convivir y aprender a
ser. Esta propuesta alude a procesos de cambio y transformación, que implican
procesos que van más allá del aprendizaje
El proceso educativo
esta marcado especialmente por la concepción que el maestro tiene acerca de lo
que es aprender y de cuál es su función como enseñante. Para algunos, aprender
en la escuela consiste en que el alumno llegue a conocer las respuestas que espera
el profesor, es decir, aprender es repetir lo que el maestro dice en la clase y
enseñar es transmitir dicha información. Para los que siguen la perspectiva
constructivista, aprender significa construir los conocimientos a partir de un
proceso de elaboración de la información que recibe (Anzaldúa, 2002).
Desde este punto de
vista, los maestros a nivel consciente pueden conocer e incluso definir y
defender una concepción de enseñanza-aprendizaje, sin embargo no es la que
ponen en práctica en su cotidianidad, manteniendo con frecuencia la educación
tradicional como base de su acción docente.
Es muy importante
considerar que aunque el aprendizaje sea personal, el sujeto aprende en función
y a través del otro, ya que, tal y como Paulo Freire (1985) planteaba: “nadie
educa a nadie, nadie se educa a sí mismo, los hombres se educan entre sí con la
mediación del mundo”. Así mismo, Cesar Coll (1997) consideraba que el
aprendizaje escolar es el resultado de un complejo proceso de interacciones
entre tres elementos: el alumno, el contenido que se pretende aprender y el
maestro.
A pesar de que muchos autores destacan esta
trascendencia del docente en el aprendizaje, pocos se interesan en el estudio
de la relación maestro-alumno, es decir, de la relación educativa, la cual es
una forma de interacción singular y distinta por su finalidad, que es educar.
Es decir, la relación educativa se
refiere a la tarea de educar, al acto concreto del proceso de
enseñanza-aprendizaje, pero ésta actividad requiere además de que el docente y
el educando reconozcan que entre ellos hay una relación “especial”, ir hacia
objetivos en una estructura y contexto dados. Es una relación que posee
características cognitivas, afectivas, y emocionales identificables; una
historia de responsabilidad y reconocimiento mutuos.
La
relación educativa es una actividad
compleja, con múltiples condiciones y formas de efectuarse, la cual resalta los vínculos afectivos que pueden
producirse desde diferentes vertientes, a través de mensajes verbales y no verbales.
Es el resultado de una acción conjunta entre el profesorado y sus estudiantes.
Señalándose que la responsabilidad de su creación y su desarrollo recae en gran
medida en los docentes.
El
dinamismo y la calidad de la relación educativa dependen del grado de apertura
y flexibilidad, de la rutina y la novedad y de la calidad de las relaciones
emocionales.
Las
relaciones educativas han pasado por diferentes estadios históricos:
-
Procesos de educación tradicional, donde
prevalece la relación vertical maestro-alumno.
-
La renovación pedagógica: referente a la
educación integral.
-
Énfasis en el componente afectivo:
inteligencia emocional.
-
Perspectiva humanística y axiológica: década
de los 90.
En
relación a la educación tradicional, se evidencia una relación vertical donde
el maestro ha representado una posición de poder, por su autoridad y por su
relación con el saber. Por otro lado, referente a la renovación pedagógica, el
maestro se convierte más bien en un facilitador acompañante del alumno y además
surge el concepto de “educación integral” donde aunado al desarrollo
intelectual y cognitivo, interesa “lo humano”, y donde lo afectivo empieza a
ser tomado en cuenta en el ámbito educativo (Inteligencia Emocional).
Casi
a la par de este desarrollo tomó auge el “Aprendizaje por Competencias” que es
el conjunto de conocimientos,
habilidades, actitudes, destrezas y procedimientos que posibilitan la
realización efectiva y eficaz de una determinada acción en un contexto especifico,
de una manera autónoma y flexible. Las “competencias” son una característica de
una persona que están causalmente relacionada con el desempeño.
La
formación de las competencias se puede dar en una relación educativa presencial
entre docente y discente y entre discente y discente, donde se hace evidente el
despliegue de los afectos y emociones. Sin embargo en la Educación Virtual, las
relaciones se generan por la mediación de las tecnologías.
Determinantes
de la relación educativa:
-
Sociológicos: la educación se organiza a
partir de la división de las clases sociales y la división social del trabajo.
Es imposible separar la relación profesor-alumno del sistema de educación en su
conjunto y de su función social. Las relaciones educativas reproducen aquellas
que existen las que existen en la sociedad. El sistema educativo se basa en una
sociedad jerarquizada y dirigida por una clase privilegiada, por lo que la
educación tiende a la conservación del poder cultural de esa clase. De ahí se
explica el papel preponderante del profesor como representante, de la sociedad
y la cultura dominante, por lo que la escuela aspira al cambio de cultura del
alumno hacia el dominante. El profesor puede, en su actuar, tener una acción
transformadora de ésta cultura, formando nuevos valores sociales y hacer de la escuela
un agente de progreso.
-
Institucionales: aborda las relaciones que mantiene
el estudiante con las “instituciones”, entre ellos los programas de estudio
impuestos por los organismos oficiales, “lo establecido”. Los reglamentos y
evaluaciones docentes contribuyen a la creación de un modelo de vínculo entre
profesor y alumnos, donde los profesores dependen de los niveles “superiores”
lo cual limita su iniciativa educativa y su implicación personal en la labor
educativa. En estas condiciones la relación entre profesor y alumno es de
confianza-desconfianza, pues se pretende formar a individuos independientes sin
darles la oportunidad de participar en
planificación de su formación.
-
Pedagógicos: existen diferentes modelos
pedagógicos: el carismático, donde el maestro es el representante de la cultura
y la encarnación del saber y del estudiante se espera una actitud pasiva y
receptiva; el modelo de la tecnología educativa, donde el maestro es el hilo
transmisor entre el conocimiento y el alumno, es decir, solo administra las
condiciones de la transmisión de la asignatura, por lo que la comunicación
alumno-profesor es puramente técnica; el modelo de la pedagogía no directiva,
el cual se centra en el alumno, quien debe elaborar un modelo de apropiación
personal del conocimiento y el profesor acepta al alumno como un ser
independiente , siendo su relación afectiva
y no intelectual; el modelo de la pedagogía institucional, donde el
grupo de estudiantes asume la gestión de su propia formación y el profesor es
un animador que plantea las situaciones a resolver; y por último, el modelo de
la concepción pedagógica de Vigotsky,
caracterizado en una actividad docente dentro de una relación conjunta
profesor-estudiante.
-
Socio-psicológicos: el rol del maestro ha ido
cambiando y cada vez más se rechaza su papel de informador y se estimula el de
organizador y animador del aprendizaje de los alumnos. Al cambiar el rol del
profesor, cambia el rol del discente, el cual debe tomar decisiones respecto a
la programación de las actividades y definición de las modalidades pedagógicas
a emplear. Sin embargo, el profesor debe ser siempre guía y autoridad.
Considerando los aspectos mencionados
anteriormente, se puede afirmar que, una relación educativa positiva permite
las condiciones iniciales para que los procesos de enseñanza- aprendizaje
puedan desarrollarse adecuadamente. Esto propicia en el alumno su socialización
escolar, ya que le brindará la
oportunidad de ensayar, modelar, en definitiva, adquirir esos aprendizajes
sociales y emocionales que incidirán en
su crecimiento personal y social.
Tejer
vínculos implica fortalecer las alianzas y vinculaciones afectivas entre
docentes y estudiantes por medio de la comunicación interpersonal. Este proceso
exige por parte del docente un profundo y persistente trabajo de indagación y
comprensión emocional de sus estudiantes, pero también un sólido esfuerzo de
introspección sobre sus propias necesidades, organizadas sobre la base de
esquema emocionales y sus propios estilos de comunicación.
Algunos
elementos que promueven vínculos y mejoran la relación educativa o relación
maestro-alumno son: el aprendizaje cooperativo y la autodeterminación, la
comunicación efectiva: escuchar, respetar, amonestar sin herir o humillar,
animar, apoyar y empatizar; el reconocimiento: considerar que cada alumno opera
dentro de su propia lógica y su propia emoción, implica crear oportunidades
reales en el aula para que los alumnos se sientan competentes.
La relación educativa
es el ejercicio de la educación considerando un triple eje condicional: los
valores, el agente actor y autor y la concurrencia de conocimiento y acción. Su
importancia radica en que el aprendizaje escolar se procesa y se organiza a
través de la relación maestro-alumno. Son muchos los factores y elementos que
intervienen en dicha relación, sin embargo, se destaca la importancia de los
vínculos en el aprendizaje y, en consecuencia, en el éxito o fracaso escolar.
En este sentido, se puede decir que, dentro de
la relación educativa se tiende a generar una serie de vínculos que constituyen
un campo dinámico, que determina en buena parte el proceso de
enseñanza-aprendizaje. Guillermo García señala en 1975, que lo que se aprende
no es tanto el contenido que se enseña, sino el tipo de vínculo educador-educando
que se da en la relación, es decir, si el vínculo es autoritario, los alumnos
aprenden la modalidad autoritaria, aunque se les haya enseñado que la educación
debe ser liberadora.
Bibliografía:
-
Anzaldúa, Raul (1991). Psicoanálisis y
relación educativa, UPN: Mexico. En Pedagogía, año 4, núm. 9 enero-abril.
-
Coll, Cesar (1997). El constructivismo en el
aula. Grao, Barcelona. Magisterio del Rio de la Plata, Buenos Aires.
-
Romero, C., Bernal, A. y Jiménez, J. (2009).
Tejiendo Vínculos: La textura de la relación educativa. En XXVIII Seminario
Interuniversitario de Teoría de la Educación “La escuela hoy. La teoría de la
educación en el proceso colectivo de construcción del conocimiento”.
Oviedo:España.
-
Touriñán, José. (2014). Concepto de educación
y relación educativa: carácter, sentido, significado y orientación formativa
temporal. En REDIPE, Simposio Internacional de Educación, Pedagogía e
investigación educativa. Simposio llevado a cabo en Mexicali-Mexico.