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miércoles, 18 de mayo de 2016

Relación Educativa - Ensayo

01/05/2016

Autores: 
Lizandra Chen
Raul Quijada 
Carmen Tellería

Ensayo: Relación Educativa

La Declaración Mundial Sobre la Educación, reconoce la importancia del aprendizaje para alcanzar una educación adecuada, que no solo satisfaga los requerimientos de la globalización, sino que también garantice una adquisición real de conocimiento que favorezca el desarrollo personal y social de la población mundial. En este documento se enfatiza la necesidad de mejorar las condiciones de aprendizaje. Esta declaración sirvió de base para las reflexiones plasmadas en el Informe Delors, el cual es uno de los principales referentes para las políticas educativas mundiales, en él se precisan los tipos de aprendizajes que se pretende sean los pilares fundamentales de la educación del siglo XXI. Estos son: Aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a convivir y aprender a ser. Esta propuesta alude a procesos de cambio y transformación, que implican procesos que van más allá del aprendizaje
El proceso educativo esta marcado especialmente por la concepción que el maestro tiene acerca de lo que es aprender y de cuál es su función como enseñante. Para algunos, aprender en la escuela consiste en que el alumno llegue a conocer las respuestas que espera el profesor, es decir, aprender es repetir lo que el maestro dice en la clase y enseñar es transmitir dicha información. Para los que siguen la perspectiva constructivista, aprender significa construir los conocimientos a partir de un proceso de elaboración de la información que recibe (Anzaldúa, 2002).
Desde este punto de vista, los maestros a nivel consciente pueden conocer e incluso definir y defender una concepción de enseñanza-aprendizaje, sin embargo no es la que ponen en práctica en su cotidianidad, manteniendo con frecuencia la educación tradicional como base de su acción docente.
Es muy importante considerar que aunque el aprendizaje sea personal, el sujeto aprende en función y a través del otro, ya que, tal y como Paulo Freire (1985) planteaba: “nadie educa a nadie, nadie se educa a sí mismo, los hombres se educan entre sí con la mediación del mundo”. Así mismo, Cesar Coll (1997) consideraba que el aprendizaje escolar es el resultado de un complejo proceso de interacciones entre tres elementos: el alumno, el contenido que se pretende aprender y el maestro.
 A pesar de que muchos autores destacan esta trascendencia del docente en el aprendizaje, pocos se interesan en el estudio de la relación maestro-alumno, es decir, de la relación educativa, la cual es una forma de interacción singular y distinta por su finalidad, que es educar. Es decir,  la relación educativa se refiere a la tarea de educar, al acto concreto del proceso de enseñanza-aprendizaje, pero ésta actividad requiere además de que el docente y el educando reconozcan que entre ellos hay una relación “especial”, ir hacia objetivos en una estructura y contexto dados. Es una relación que posee características cognitivas, afectivas, y emocionales identificables; una historia de responsabilidad y reconocimiento mutuos.
La relación educativa  es una actividad compleja, con múltiples condiciones y formas de efectuarse, la cual  resalta los vínculos afectivos que pueden producirse desde diferentes vertientes, a través de mensajes verbales y no verbales. Es el resultado de una acción conjunta entre el profesorado y sus estudiantes. Señalándose que la responsabilidad de su creación y su desarrollo recae en gran medida en los docentes.
El dinamismo y la calidad de la relación educativa dependen del grado de apertura y flexibilidad, de la rutina y la novedad y de la calidad de las relaciones emocionales.
Las relaciones educativas han pasado por diferentes estadios históricos:
-          Procesos de educación tradicional, donde prevalece la relación vertical maestro-alumno.
-          La renovación pedagógica: referente a la educación integral.
-          Énfasis en el componente afectivo: inteligencia emocional.
-          Perspectiva humanística y axiológica: década de los 90.
En relación a la educación tradicional, se evidencia una relación vertical donde el maestro ha representado una posición de poder, por su autoridad y por su relación con el saber. Por otro lado, referente a la renovación pedagógica, el maestro se convierte más bien en un facilitador acompañante del alumno y además surge el concepto de “educación integral” donde aunado al desarrollo intelectual y cognitivo, interesa “lo humano”, y donde lo afectivo empieza a ser tomado en cuenta en el ámbito educativo (Inteligencia Emocional).
Casi a la par de este desarrollo tomó auge el “Aprendizaje por Competencias” que es el conjunto de conocimientos,  habilidades, actitudes, destrezas y procedimientos que posibilitan la realización efectiva y eficaz de una determinada acción en un contexto especifico, de una manera autónoma y flexible. Las “competencias” son una característica de una persona que están causalmente relacionada con el desempeño.
La formación de las competencias se puede dar en una relación educativa presencial entre docente y discente y entre discente y discente, donde se hace evidente el despliegue de los afectos y emociones. Sin embargo en la Educación Virtual, las relaciones se generan por la mediación de las tecnologías.
Determinantes de la relación educativa:
-           Sociológicos: la educación se organiza a partir de la división de las clases sociales y la división social del trabajo. Es imposible separar la relación profesor-alumno del sistema de educación en su conjunto y de su función social. Las relaciones educativas reproducen aquellas que existen las que existen en la sociedad. El sistema educativo se basa en una sociedad jerarquizada y dirigida por una clase privilegiada, por lo que la educación tiende a la conservación del poder cultural de esa clase. De ahí se explica el papel preponderante del profesor como representante, de la sociedad y la cultura dominante, por lo que la escuela aspira al cambio de cultura del alumno hacia el dominante. El profesor puede, en su actuar, tener una acción transformadora de ésta cultura, formando nuevos valores sociales y hacer de la escuela un agente de progreso.
-          Institucionales: aborda las relaciones que mantiene el estudiante con las “instituciones”, entre ellos los programas de estudio impuestos por los organismos oficiales, “lo establecido”. Los reglamentos y evaluaciones docentes contribuyen a la creación de un modelo de vínculo entre profesor y alumnos, donde los profesores dependen de los niveles “superiores” lo cual limita su iniciativa educativa y su implicación personal en la labor educativa. En estas condiciones la relación entre profesor y alumno es de confianza-desconfianza, pues se pretende formar a individuos independientes sin darles la oportunidad de  participar en planificación de su formación.
-          Pedagógicos: existen diferentes modelos pedagógicos: el carismático, donde el maestro es el representante de la cultura y la encarnación del saber y del estudiante se espera una actitud pasiva y receptiva; el modelo de la tecnología educativa, donde el maestro es el hilo transmisor entre el conocimiento y el alumno, es decir, solo administra las condiciones de la transmisión de la asignatura, por lo que la comunicación alumno-profesor es puramente técnica; el modelo de la pedagogía no directiva, el cual se centra en el alumno, quien debe elaborar un modelo de apropiación personal del conocimiento y el profesor acepta al alumno como un ser independiente , siendo su relación afectiva  y no intelectual; el modelo de la pedagogía institucional, donde el grupo de estudiantes asume la gestión de su propia formación y el profesor es un animador que plantea las situaciones a resolver; y por último, el modelo de la concepción  pedagógica de Vigotsky, caracterizado en una actividad docente dentro de una relación conjunta profesor-estudiante.
-          Socio-psicológicos: el rol del maestro ha ido cambiando y cada vez más se rechaza su papel de informador y se estimula el de organizador y animador del aprendizaje de los alumnos. Al cambiar el rol del profesor, cambia el rol del discente, el cual debe tomar decisiones respecto a la programación de las actividades y definición de las modalidades pedagógicas a emplear. Sin embargo, el profesor debe ser siempre guía y autoridad.
Considerando los aspectos mencionados anteriormente, se puede afirmar que, una relación educativa positiva permite las condiciones iniciales para que los procesos de enseñanza- aprendizaje puedan desarrollarse adecuadamente. Esto propicia en el alumno su socialización escolar, ya que  le brindará la oportunidad de ensayar, modelar, en definitiva, adquirir esos aprendizajes sociales y emocionales  que incidirán en su crecimiento personal y social.
Tejer vínculos implica fortalecer las alianzas y vinculaciones afectivas entre docentes y estudiantes por medio de la comunicación interpersonal. Este proceso exige por parte del docente un profundo y persistente trabajo de indagación y comprensión emocional de sus estudiantes, pero también un sólido esfuerzo de introspección sobre sus propias necesidades, organizadas sobre la base de esquema emocionales y sus propios estilos de comunicación.
Algunos elementos que promueven vínculos y mejoran la relación educativa o relación maestro-alumno son: el aprendizaje cooperativo y la autodeterminación, la comunicación efectiva: escuchar, respetar, amonestar sin herir o humillar, animar, apoyar y empatizar; el reconocimiento: considerar que cada alumno opera dentro de su propia lógica y su propia emoción, implica crear oportunidades reales en el aula para que los alumnos se sientan competentes.
La relación educativa es el ejercicio de la educación considerando un triple eje condicional: los valores, el agente actor y autor y la concurrencia de conocimiento y acción. Su importancia radica en que el aprendizaje escolar se procesa y se organiza a través de la relación maestro-alumno. Son muchos los factores y elementos que intervienen en dicha relación, sin embargo, se destaca la importancia de los vínculos en el aprendizaje y, en consecuencia, en el éxito o fracaso escolar.
 En este sentido, se puede decir que, dentro de la relación educativa se tiende a generar una serie de vínculos que constituyen un campo dinámico, que determina en buena parte el proceso de enseñanza-aprendizaje. Guillermo García señala en 1975, que lo que se aprende no es tanto el contenido que se enseña, sino el tipo de vínculo educador-educando que se da en la relación, es decir, si el vínculo es autoritario, los alumnos aprenden la modalidad autoritaria, aunque se les haya enseñado que la educación debe ser liberadora.


Bibliografía:
-          Anzaldúa, Raul (1991). Psicoanálisis y relación educativa, UPN: Mexico. En Pedagogía, año 4, núm. 9 enero-abril.
-          Coll, Cesar (1997). El constructivismo en el aula. Grao, Barcelona. Magisterio del Rio de la Plata, Buenos Aires.
-          Ojalvo, Victoria (s.f.). Determinantes en la relación educativa. Consultado en abril 2016 en  http://www.unacar.mx/cuerpos/educacion_fisica/contenido/articulos_ef/determinantes.html
-          Romero, C., Bernal, A. y Jiménez, J. (2009). Tejiendo Vínculos: La textura de la relación educativa. En XXVIII Seminario Interuniversitario de Teoría de la Educación “La escuela hoy. La teoría de la educación en el proceso colectivo de construcción del conocimiento”. Oviedo:España.
-          Sanchéz, F., Ledo, A. y Perandones, T. (s.f.). La relación educativa en contextos de aprendizaje. Consultado en abril 2016 en http://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/19005/3/FranciscoJ._2.pdf
-          Touriñán, José. (2014). Concepto de educación y relación educativa: carácter, sentido, significado y orientación formativa temporal. En REDIPE, Simposio Internacional de Educación, Pedagogía e investigación educativa. Simposio llevado a cabo en Mexicali-Mexico.




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